160 días en Barraganya Planet

Cerca de lo que no imaginaba. Las circunstancias del encierro pusieron ante mi nuevamente a Barraganya Planet, luego de haber cruzado montañas desfiladeros y ciudades para salvarme del fantasma de la pandemia. Barraganya es un planeta donde pareciera que se cultivan todas las especias y donde ya he perdido la condición de forastero por la de reconocido ciudadano. Instalado en Barraganya planet, para vivir cerca, muy cerca de las personas de allí que son de un aspecto tan original y la conciencia de ello no llenaba toda mi piel; de nuevo me ha deleitado su aroma propio, vivienciando sus miradas, sintiendo su energía renovadora, compartiendo tantas cosas a manos llenas, las sonrisas inspiradoras, las historias del acervo de sus dias, como nunca en mi vida, como nunca en mi vida había imaginado; un grupo de voces, un grupo de risas, un grupo de alegrías, la gracia de jardines y huertas, los seres amorosos ahí cómo silvestres en medio de la naturaleza verde, en medio de la risa de los árboles y del rio que arrastra voces descolgadas de las montañas y de su andadura, del canto de los pájaros con sus preguntas de asombro, la presencia de un montón de seres de los considerados mínimos por la cultura nuestra, seres diminutos sociables laboriosos, qué son el símbolo de la solidaridad, que dan ejemplo de la armonía de la naturaleza, por su sencillez, por su actuación diaria, por su tarea que parece una responsabilidad inconsciente con su vida, que van por ahí en su estetica sin preocupaciones, libres y dispuestos solo por su actividad y su condición de seres vivos como los silenciosos transportadores de cadáveres.

Tantas cosas juntas han hecho que casi seis meses hayan sido maravillosos en Barraganya planet, que hayan significado tanto como nunca en mi vida; haber tenido la oportunidad de gozo de tanta conversación, de tanta presencia. Increíble la gratitud de este tiempo, de este tiempo de juntanza, de ese tiempo de confinamiento obligado; creo que puedo decir que ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, debo agradecer entonces a la naturaleza a los seres de ese otro planeta la acogida, la oportunidad de crecer de sensibilizarme con tantas cosas que estaban allí, cómo lo son, las guardadas en un baúl lleno de asuntos ocultos y de misterio; soy feliz y agradecido con la vida por haberme permitido esta oportunidad de gozo y por haber podido sentir de nuevo y conocer también lo desconocido, lo maravilloso de estar rodeado de esta compañia que ha alimentado mi vida. Esto ha sido como una pausa en el caminar por el tiempo, como una pausa en el transcurso de mis días, una pausa encantadora, ha sido cruzar un umbral y encontrarme hoy como un ser totalmente diferente al que buscaba incierto, incierto a donde huir cuando la pandemia, en sus comienzos.

Volver a Barraganya planet, ha sido llenar mis pies con la esencia de un lugar que siempre se podrá encontrar en la geografía de mi vida.