Érase una madrugada nueva
Cuando el sol aun en pijama
Preparaba sus huevos fritos
Para el desayuno y la luna
Tendía la cama igual que cada día
Mientras le entregaba al astro rey
Un nuevo tapabocas…
Pero de repente el sol, pensativo
Mirando a los ojos a su amada
Lo hizo trizas de humo
Con uno de sus rayos mañaneros.

Y salió a la calle, presuroso
Cuando vio millones de niños
Y niñas –boquiabiertos- en los parques
Con sus risas clausuradas
Mirando a la pareja sideral que
Sin protección alguna saludaba y…

Al ver las caritas infantiles allá abajo
Que cantaban. “No quiero estar más en casa
Extraño mucho mi escuela
Y jugar con mis amigos
A la rueda, rueda, rueda
Con mis profes yo soy muy feliz
Me puedo reír, me puedo reír,
Y la escuela pregunta por mí
Pregunta por ti, pregunta por mi”

El astro rey les sonrió y de inmediato
Todos los tapabocas
Se derritieron en un instante
Y de todas las bocas imberbes
Del mundo estalló un ¡Gracias!
Que se hizo eco en todas las gargantas
Del mundo: ¡Merci!
¡Thanks ¡Shukraan! شكرا
¡Obrigado! ¡תודה! ¡dzięki!
¡Vielen Dank! ¡Salamat!
¡Spasibo Спасибо!
¡Grazas! ¡Grazie! ¡gratias ago!
¡Xiexie! ¡Gracies! ¡o ṣeun!
¡Dhanyavaad! ¡Efcharistó!
¡Arigato! ¡Tesekkurler!
¡Gracias… Gracias!
Y volvieron –sin miedo otra vez-
Las risas y los cantos
¡A los parques y a todas las escuelas!