Esta es la plaza Altamira en Caracas iluminada para Navidad, mi última navidad en Venezuela. Salí en 2018, antes de que las cosas se pusieran graves. Ahora estoy lejos de todo lo que había conocido, de mi hogar, de mi familia, de mis calles de mi país y es porque la vida nos ha puesto una prueba. Cada día de mi vida trabajo para devolverles a mis papas un poco de todo lo que hicieron por mí. Ya casi llega otra navidad que no estoy allá.  Agradezco haber crecido, haber superado la lucha más grande de mi vida: dejarlo todo y volver a empezar.